Especialmente en días como hoy donde millones de feligreses recorren kilómetros y kilómetros para llegar a la basílica de la Virgen de Guadalupe en Ciudad de México y venerar a la Virgen Morena, muchas personas que no profesan una religión e incluso muchos creyentes confrontan esta idea con la misma prohibición de no idolatrar imágenes.
¿Pero es en verdad una idolatría?
No, los creyentes decoramos nuestras casas con imágenes y símbolos religiosos que sirven para representar nuestras creencias y expresar nuestra fe, no adoramos a las imágenes como tal las utilizamos para recordar a aquellos seres divinos que guardamos en nuestros corazones con cariño y respetamos profundamente al igual que cuando colgamos la fotografía de nuestra familia. No es una sustitución de la persona de carne y hueso, es un recuerdo, es un reconocimiento.
Además las imágenes de Santos y Vírgenes en sí mismas se revisten con una simbología religiosa y una fuerza particular, que invita a la contemplación. Por ejemplo y a propósito de la fecha, muchos sabemos la historia de nuestra virgen de Guadalupe pero quizá no nos hemos detenido a ver con atención algunos de los símbolos que podemos encontrar en la imagen.
El manto que se exhibe en México, donde está pintada la Virgen Morena, está hecho de ayate, una tela hecha de maguey, este tipo de textiles regularmente duran alrededor de 20 años, pero el que tiene plasmado a la virgen supera los más de 450 años de antigüedad.
La misma imagen tiene cosas sorprendentes por sí mismas. Por ejemplo, el misterio del reflejo de sus ojos ha sido estudiado por muchísimas personas, pues la técnica y el material no se prestan para tal detalle, aun así parecería que sus ojos brillan y reflejan tal como si fuese una fotografía de alta calidad.
Otro dato curioso está en su manto, puesto que también algunos estudios han podido observar como representa un mapa de las constelaciones visibles en invierno. Las estrellas están acomodadas en la misma posición en las que las puedes observar durante estas fechas.
Dos cosas que no podemos dejar desapercibidas de esta bella imagen: La luna sobre la que se alza la virgen, símbolo de feminidad, maternidad y poder. Y el aura dorada, has notado que en su abdomen se hace ligeramente más ancha. Esto refleja un símbolo de su maternidad, así como la cinta que lleva amarrada a su cintura.
Esta imagen además de una misteriosa y hermosa historia es parte de nuestras tradiciones y este mes la festejamos con gusto y devoción. Los invitamos a investigar más sobre nuestra Virgen Morena y suscribirse para seguir al tanto de nuestro blog para más historias como esta.
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